martes, 16 de septiembre de 2014

32 de las mejores fotos del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015

32 de las mejores fotos del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 


El Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015, oficialmente llamado Sony World Photography Awards 2015, ha abierto sus puertas de forma oficial.

La competición, accesible para fotógrafos de todas las edades y habilidades, ha recibido desde su lanzamiento en 2007 más de 700.000 fotos de 230 países diferentes. Su objetivo es mostrar los talentos de artistas y principiantes de todo el mundo, dando la oportunidad a todos ellos para poder enviar imágenes de cuatro categorías: profesional, estudiantes, jóvenes (para menores de 19 años) y abierta (para todo apasionadoa de las fotos).



(c) Rudi Steenbruggen, Holanda, categoría abierta, 2015 Sony World Photography Awards

La competición, ubicada físicamente en Londres, da a finalistas y ganadores la oportunidad de mostrar su trabajo en una exposición en la histórica Somerset House, así como de aparecer en el libro anual de fotografías que se publica tras el concurso. Los aspirantes tienen como plazo hasta el próximo 5 de enero de 2015 para enviar sus mejores instantáneas.

Los organizados del concurso han enviado a nuestros compañeros de HuffPost Arts&Culture una selección de 32 de las mejores fotografías que han recibido hasta el momento, llegadas de lugares tan diversos como Myanmar, Países Bajos, Chile, Sudáfrica e Irán. Echa un vistazo a esta selección. Si tú también quieres mandar tu foto, puedes hacerlo aquí.



(c) Steve Cooke, Nueva Zelanda
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Kris Williams, Reino Unido
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Sayan Mukherjee, India
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Riski Januar
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Adrian Capusan, Rumanía
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Nick Ng, Malasia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Marianna Mosconi, Italia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Andrey Kozlovsky, Rusia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Kathryn Hallett, Canadá
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Ashwini Kapoor, India
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Denis Esakov, Rusia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Bao Vu, Vietnam
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Kyaw Kyaw Winn, Myanmar
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Manuel Fuentes, Chile
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Georg May, Alemania
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Nick Ng, Malasia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Georg May, Alemania
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Ekaterina Grigoryeva, Rusia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Leo Bakx, Países Bajos
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Mohamad Javad Jowkar, Irán
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Peter Eberhardt, Alemania
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Phạm Xuân Hiện, Vietnam
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Riski Januar, Indonesia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Sashikanth Chintla, India
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Seyms Brugger, Sudáfrica
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Ali Alzuhair, Arabia Saudí
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Simone Eisath, Italia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Steve Cooke, Nueva Zelanda
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Ahmad Zikri Mohamad Zuki, Malasia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Josie Eldred, Australia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)



(c) Valeria Gradizzi, Italia
Categoría abierta del Concurso Mundial de Fotografía de Sony 2015 (2015 Sony World Photography Awards)

 | Por Katherine Brooks

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Y si el submarino de Isaac Peral no hubiese sido desechado?

De por qué el submarino de Isaac Peral fue desechado


Una de las curiosidades no tan curiosas de la historia es la ceguera y la falta de escrúpulos de gobernantes y personajes satélites. En España tenemos el dudoso honor de ser uno de los países que ha perdido los restos de un imperio por la codicia de los responsables políticos de la época.

A finales del siglo XIX y con la guerra contra EEUU tocando a la puerta, un marino español, llamado Isaac Peral, inventó un navío que era infinitamente superior a cualquier flota del momento. En 1885 el teniente de navío Isaac Peral contactó con el Ministro de Marina,Manuel de la Pezuela y Lobo, para exponerle sus teorías sobre la posibilidad de realizar un torpedero sumergible que pudiese defender las costas con éxito. El 4 de octubre de 1886 y mediante una Real Orden, se autorizó la construcción del nuevo aparato, dotándolo de un crédito inicial de 25.000 pesetas. El 8 de septiembre de 1888 se botó el submarino en San Fernando (Cádiz) constituyéndose una comisión de marinos presidida por el capitán generalFlorencio Montojo Trillo para evaluar si el prototipo superaba los criterios de calidad exigidos por la Armada.


Ilustración de las pruebas

El buque realizó con éxito todas las pruebas realizadas y demostró ser una magnífica adquisición para la Armada: disponía de una autonomía de 66 horas, un radio de acción de 511 kms, tenía periscopio, aparato de puntería, giroscopio, tubo lanzatorpedos y servomotor para mantener la estabilidad. En definitiva, era un arma de guerra excepcional. Pero he aquí donde entra en acción uno de los negros personajes que de vez en cuando aparecen en escena en cualquier momento de la historia. Nos referimos a Basil Zaharoff. Éste era un traficante de armas de la época, experto en boicotear a los competidores, corromper políticos y vender las mismas armas a varios países. Tanto era su interés que le había intentado comprar al mismo Peral las patentes durante un encuentro fortuito en Londres, pero el marino español había rechazado las interesantes ofertas que le habrían convertido en un hombre rico. Contrariado por la negativa, Zaharoff comprendió que la única manera de apoderarse de la patente sería mediante el sabotaje y el soborno a los políticos de la época. Lo consiguió en la prueba del simulacro de ataque al crucero Colón. Tras el mismo, a pesar de lo satisfactorio del resultado, la junta técnica, posiblemente sobornada por el ruso, indicó que el submarino tenia poca estabilidad, poca velocidad y radio de acción y que no se sumergía con la rapidez deseada… en resumen, no servía. El ministro de Marina, el almirante Beránguer, emitió un informe desfavorable del submarino y desaconsejó su incorporación.


Basil Zaharoff

Triste historia de corrupción que fue la responsable del devenir histórico de España durante buena parte del siglo XX.

Fuente: Historias de la Historia

Colaboración de Yerout Tarajano Rodríguez
Ilustración: Murcia Digital

martes, 2 de septiembre de 2014

Jill Price, la mujer que no puede olvidar


Jill Price, la mujer que no puede olvidar



Jill Price, una mujer de Los Angeles nacida en 1965, sorprendió a científicos y a público en general en 2006 cuando se dio a conocer su caso en la revista Neuroscience. Jill poseía una memoria autobiográfica extraordinaria que le permitía recordar cada uno de los días de su vida desde que tenía 14 años de edad. Aparentemente, el cerebro de Jill funcionaba de una manera totalmente diferente a lo conocido.


Jill Price en su casa. Foto original Wired

Todo comenzó un día de junio del 2000, cuando Jill estaba buscando en internet información sobre otras personas que les sucediera lo mismo que a ella y fue a parar a la página web de James McGaugh, un experto en neurociencia, especializado en aprendizaje y memoria. Jill decidió enviarle un email explicándole su caso y, sorprendentemente, en sólo 90 minutos McGaugh le había respondido diciéndole que estaba interesado en conocerla en persona y saber más de su caso.

Aunque era bastante escéptico en un principio, McGaugh no tardó en convencerse que la habilidad de Jill no era normal y era auténtica. En febrero de 2006, después de cinco años entrevistándose con Jill, McGaugh y su equipo publicaron el artículo en la revista especializada Neurocase sobre el caso, la identidad de Jill se escondía tras las iniciales “AJ”. Los investigadores se referían a su síndrome como “hipertimesia”, del griego “hyper”, “superior a lo normal”, y “thymesia”, “memoria”.

A los pocos días, la historia saltó a los periódicos nacionales y de allí a la televisión. Jill fue entrevistada en la cadena NPR y, más tarde, un editor logró averiguar su nombre y localizarla para cerrar un acuerdo para publicar un libro en el que Jill contaría su propia historia, con su verdadero nombre. A partir de ahí, Jill se convirtió en un fenómeno mediático, apareciendo en los programas más importantes de la televisión norteamericana.

En sus conversaciones con McGaugh, Jill afirmó que el recuerdo más temprano que conserva es de ella misma estando en la cuna, con una edad de entre 18 y 24 meses, despertándose asustada por los ladridos del perro de su tío. Jill era capaz, también, de recordar el nacimiento de su hermano, cuando ella tenía 3 años y 9 meses de edad.


Un día en el diario de Jill. Foto original Wired

Sin embargo, su memoria con esa edad parece ser que era normal. Fue a la edad de 8 años, con la mudanza de su familia a Los Angeles, cuando comenzó a notar cambios. La propia Jill reconoce que esta mudanza le supuso un trauma y sin quererlo comenzó a obsesionarse por la vida que dejaba atrás. Comenzó a hacer listas de amigos y a pasar mucho tiempo mirando fotos de su antigua casa, pensando en el pasado. Los expertos creen posible que un trauma así pudiera haber provocado cambios permanentes en el cerebro de una niña, como el de Jill.

Jill sostiene que es a partir de la mudanza cuando sus recuerdos comienzan a ser más claros. Jill recuerda que un día con 12 años, mientras estudiaba con su madre, se dio cuenta que podía recordar muy vivamente los detalles del curso anterior y algunas fechas exactas. Aunque es cierto que Jill puede recordar muchos días del período de su vida que va desde entre los 8 a los 13 años de edad, no puede recordar cada uno de ellos, y además tiene que hacer un esfuerzo para que estos recuerdos surjan. Es a partir del 1980, a partir de los 14 años de edad, que sus recuerdos comienzan a ser “automáticos”.

La memoria de Jill comienza a ser extraordinaria y capaz de recordar con gran precisión su propia vida, aunque se comporta como la media con el resto de asuntos. Así por ejemplo, en la escuela no destacóespecialmente y tenía las mismas dificultades que los demás a la hora de memorizar fechas en historia, aprender aritmética o recordar palabras nuevas en un idioma extranjero. Sin embargo, todavía hoy en día es capaz de recordar cada uno de sus profesores desde la guardería.

A los 10 años, Jill comenzó a escribir un diario. Según los expertos, este es un buen método para recordar más de cada día, no sólo porque crea un registro tangible sino porque obliga a reflexionar. Sin embargo, en el caso de Jill, el diario se convirtió en una obsesión por “anotar las cosas” porque si no se mantendrían en su cabeza. Jill mantendría el hábito hasta cumplir los 34 (50.000 páginas en total) aunque rara vez revisaba lo que había escrito.

Jill describe sus propios recuerdos como escenas de películas familiares de cada uno de los días de su vida, viéndose constantemente en su cabeza. Puede estar hablando con alguien y al mismo tiempo estar viendo cualquier escena de su pasado. Sería como mirar una televisión con la pantalla partida en la que se pueden ver dos canales diferentes a la vez. En uno de los lados, el presente; en el otro, su pasado, su memoria saltando de un momento a otro, hacia atrás y hacia delante, de manera incontrolada.


Una de las colecciones de Jill. Foto original de Jill Price

Jill dice no poder detener su propia memoria, sino que esta funciona de manera descontrolada y automática. Tampoco sabe qué será lo próximo que recordará. Los recuerdos simplemente aparecen en su cabeza, algunas veces cuando alguien menciona una fecha o un nombre, o simplemente al oír una canción en la radio. No importa si Jill quiere recordar ese día o no, su mente revive ese instante viéndolo “tal como lo veía ese día”, y rápidamente salta a otro y de ahí al siguiente.

Sin embargo, no siempre es así, otras veces es Jill la que provoca todo este proceso ya que también puede recordar a voluntad, de hecho, reconoce que solía pasar mucho tiempo pensando en fechas, “viendo” los días.

A priori, puede parecer que poseer una memoria como la de Jill es un regalo. De hecho, la propia Jill reconoce que muchos de sus recuerdos le proporcionan ánimos y seguridad, pero en otros casos sucede todo lo contrario. Jill recuerda todos los errores, todas las decisiones equivocadas y todas y cada una de las situaciones embarazosas y desagradables de su vida. Es por esto, que lejos de considerar su habilidad una bendición, Jill la considera una maldición a la que de muchos años de depresión por sus recuerdos.

Jill recuerda como su situación personal se veía agravada por la incomprensión de los demás, a los que le resultaba imposible hacer entender lo que sucedía en su cabeza. Cuando Jill explicaba a sus padres como los recuerdos la “asaltaban”, no le entendían. Su madre se limitaba a decirle que no le diera tantas vueltas a las cosas. Aunque no es de extrañar, ya que ni ella misma entendía del todo lo que le pasaba y ante la imposibilidad de hacerlo entender a los demás comenzó guardárselo para sí misma.

Aunque todo cambió a raíz de dar con McGaugh. Este investigador y su equipo la ayudaron a ver su propia vida de otra manera y entender el papel tan poderoso que juega la memoria en la vida de las personas y en construir la propia percepción que tenemos de nosotros mismos. La gente “normal” construye su propia biografía mediante una selección de recuerdos, pero, también, de olvidos. Un proceso que continuamente va evolucionando como lo hace la imagen que tenemos de nosotros mismos. Jill, sin embargo, no puede hacer lo mismo, dentro de ella están todos los “yos” de cada uno de sus días, como si fuera una muñeca rusa.


Brad Williams, recuerda cada uno de los detalles de estas vacaciones familiares de 1964, tenía 7 años. Foto original CNN

Han pasado los años, pero los científicos todavía no han encontrado una explicación definitiva para la sorprendente memoria de Jill. Los escáneres cerebrales parecen indicar que algunas partes de su cerebro son de tres veces más grandes de lo habitual. Estas áreas son el núcleo caudato y una parte del lóbulo temporal encargada del almacenamiento de hechos, fechas y eventos. Según los investigadores, estas dos áreas podrían estar trabajando juntas, en el cerebro de Jill, de una manera desconocida hasta la fecha, habiendo convertido en automático hacer de cada detalle del día un recuerdo.

Estas dos áreas, además, están relacionadas con los trastornos obsesivo-compulsivos. De hecho, su cerebro tiene un cierto parecido con el de las personas que sufren este trastorno. Según McGaugh, coleccionar y acumular cosas son dos de los síntomas más claros de este tipo de trastorno y no cree que sea una mera coincidencia la afición por el coleccionismo de cosas y el de recuerdos que presenta Jill.

Sin embargo, no se han encontrado diferencias en otra área del cerebro esencial para el aprendizaje y lamemoria autobiográfica: el hipocampo. Sin el hipocampo no se podría hacer pasar los recuerdos de la memoria a corto plazo a la de largo. Una de las funciones del sueño, durante el cual el hipocampo vuelve a revivir la actividad diaria, es precisamente mejorar esta consolidación de información.

Otra de las teorías que han intentado explicar la extraordinaria memoria autobiográfica de Jill sostiene que Jill podría ser mucho mejor que la media manteniendo recuerdos, pero que también sería mucho peor que los demás bloqueando su recuperación.

“Nos hemos obsesionado tanto con la memoria que hemos demonizado el olvido” , afirma Gayatri Devi, un psiquiatra de Nueva York experto en memoria. “Pero si no olvidáramos, recordaríamos todo tipo de información de nuestra vida y nos ahogaríamos en un mar de ineficiencia”.

Los recuerdos de un acontecimiento singular son, en general, fáciles de recordar, al ser guardados en la memoria de larga duración con conexiones a muchos otros. Sin embargo, ¿Qué pasó durante ese número incontable de días, noches, reuniones, trabajo, viajes en autobús y muchos otros ratos perdidos?Simplemente que no crearon en nosotros una impresión lo suficientemente duradera o simplemente fueron sobrescritos en nuestro cerebro por otras experiencias similares de manera que es difícil recuperarlos.

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=SoxsMMV538U

Entrevista con Jill Price en la abc en youtube.com

En cierta manera, los recuerdos de cosas mundanas o eventos recurrentes compiten entre sí por ser recordados, según los científicos el cerebro parece estar programado para olvidar todo aquello que no parece importante. Los recuerdos tienden a superponerse, combinarse y desaparecer, por razones que aún se desconocen. Sin contar con que la memoria humana no es perfecta y está sujeta a la contaminación y la distorsión.

La aparición del caso de Jill en la publicación científica Neurocase propició que surgieran más personas que supuestamente poseían la misma habilidad. Aunque la hipertimesia sigue siendo un síndrome extremadamente poco común. Hasta la fecha, sólo se han podido confirmar científicamente otros tres casos. Aparte del de Jill, todos ellos en Estados Unidos: Brad Williams, de Wisconsin y al que algunos han llamado el Google humano; Rick Baron, de Cleveland y un tercer caso, todavía anónimo en el sur de California.

Al contrario que Jill, estos tres hombres son zurdos y su memoria no les supone ningún tipo de tormento. Aunque, igual que ella, sí que presentan la misma tendencia compulsiva a coleccionar cosas, tales como guías de televisión, películas viejas o similares.

Enlace permanente a Jill Price, la mujer que no puede olvidar

PS: Gracias a mi amiga Arbocenk por recordar este tema y sugerírmelo.
PS(ii): Coincidiendo con la preparación del post, la semana pasada, a través de fogonazos, me enteré de otro cerebro sorprendente, el de Henry Molaison, una persona cuyos recuerdos sólo duraban 20 segundos.