La imagen que ven ustedes junto a esta entrada corresponde a uno de los sellos más raros y valiosos del mundo: el sello magenta de 1 céntimo. Tiene un valor "nominal" (no si la terminología es correcta en el campo de la filatelia) de un centavo, pero su valor real es mucho mayor. Fue emitido en 1856 en la Guayana inglesa. Según parece, el barco que transportaba por aquellas fechas los sellos hasta la colonia británica desde Londres se retrasó y ello llevó al Director de Correos local a realizar una emisión propia y provisional. Esta emisión fue hecha en la imprenta local, propiedad de Baum Dallas.
Como ustedes intuirán, las prisas y la utilización de una imprenta convencional, con recursos convencionales, dieron lugar a sellos muy fáciles de falsificar. Para aportar un poco más de seguridad a estos se ordenó que todo los expendedores firmaran los sellos al venderlos, de tal forma que se evitara en cierta medida el fraude. Así se hizo y los sellos fueron utilizados con normalidad durante un tiempo, hasta que llegó una nueva entrega desde Inglaterra y se volvió al uso de los sellos británicos.
Estos sellos estuvieron durante mucho tiempo olvidados. No había muchos debido a su tirada limitada y local. En 1873 un niño llamado Vernon Vaugham encontró uno de estos sellos de un céntimo entre unos papeles familiares, matasellado en 1856. Lo adjuntó a su colección. Más tarde lo vendió por 6 chelines.
La historia del "magenta de un centavo" discurre entre las manos de varios coleccionistas e inversores a la vez que se multiplicaba su precio: 1 centavo, 180 libras esterlinas, 352.750 francos y así hasta casi 1.000.000 de dólares. El último comprador es un millonario heredero de la fortuna Dupont y el sello permanece en su impresionante colección. Ha pasado del céntimo al millón y actualmente reposa en un banco de Filadelfia esperando la próxima subasta, en la que seguirá multiplicando su precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario