El caballo salvaje
Monté tu caballo salvaje
y me hundí en las comarcas desérticas, hacia las extensiones sin fin
solo, ante la batahola del mundo
atravesando los yermos
desprovisto de coraje... desprovisto de temor
¿Cómo regresar?... ¿cómo?, mi adorado victimario
Si tú eres ardor de aguijón y látigo
eres la capa enredada entre los hombros,
eres mi provisión, toda mi provisión
eres mi orden de retorno
¡Aquí, París!
¡Aquí, Beirut!
¡Aquí, Moscú!
Azuzo, aflicción indomable, tus flancos salvajes
en el hambre o en la sed
espoleo tu curso, adorado victimario
Prometo, oh Señor
prometo a ti, que haces jazmines de nuestras espinas
que no cambiaré la herida
cualesquiera sean los regateos del cuchillo
ni quedará para siempre nuestra hermana
prisionera
¡Aquí, Ammán!
¡Aquí, Roma!
¡Aquí, Bagdad!
¿Cómo escapar?.... ¿cómo?, de nuestras raíces terrestres
¿Cómo sumergir en el olvido las generaciones del odio?
¿Cómo... cómo? No habrá reposo
cuando el puerto está al alcance de la vista
y el fuego en nuestra frente herida no se apaga
sin el alivio de tu vendaje
Rima de nuestras letras
visión angustiosa
historia expoliada
combatiente amado
país victimario
¡Hasta la muerte! ¡hasta la muerte!
seguirá siendo el jinete de la tristeza
esclavo de tu caballo salvaje
Samîh al-Qâsim
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