Se durmieron los luceros, también se durmió la luna,
amanece un nuevo día, radiante sin nube alguna,
y presto ya se levanta para darnos su calor,
esa estrella luminosa, que alumbra más que ninguna.
Llega despuntando el día sin celaje en su alborada,
oh majestuoso sol que te asomas a lo lejos
luciendo tu gran fulgor cuando se levanta el alba,
nos regalas tu calor en la fría madrugada.
Arribas esplendoroso por la mañana temprano,
para besar con tus rayos, el arenal de tus costas
las aguas del ancho mar, el colosal océano,
las aves ya se despiertan y lo celebran cantando.
Ya llegas rozando suave, con tus rayos de calor,
la inmensa playa amarilla, sus árboles, sus palmeras,
que se inclinan reverentes ante tu gran esplendor,
y hasta los vientos se calman al pasar por la ribera.
Los miles de enamorados embelesados de amor.
contemplan ensimismados tu elegante resplandor,
qué placentero resulta ver nacer un nuevo día,
flamante mundo de sol de color y fantasía.
Me deleitan los colores que trae la madrugada,
la belleza de la aurora, la mañana en su alborada,
ensimismada contemplo, como se acicala el alba
y cielo de azul turquesa, viste sus mejores galas.
Chelo Álvarez
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