Poner la otra mejilla, y luego hacer justicia
Monumento al general Cabrera |
Así al menos se extrae de una anécdota ocurrida en el siglo XIX, cuando un fraile que acompañaba a la partida del general carlista Ramón Cabrera, fue insultado por un soldado que se burlaba de las maneras y de la forma de actuar del religioso. No contento el soldado, voluntario, con las burlas, llegó en un momento a envalentonarse ante la falta de reacción del fraile a sus palabras y le dio una bofetada.
El fraile, que como es lógico conocía la doctrina, puso la otra mejilla de manera clara a disposición del jovenzuelo, que no pudiendo resistir aquel anzuelo soltó de nuevo la mano y le atizó al fraile un segundo manotazo, esta vez en la otra mejilla.
Entonces llegó el momento del fraile. Dijo, yo he cumplido con lo que mi religión manda y he puesto la otra mejilla, ahora, voy a hacer justicia y no venganza. Y arremangándose el hábito se fue directo a por el mozo, que recibió tal paliza que hubo de ser socorrido por otros hombres del grupo del general Cabrera para salvarlo de las manos del religioso.
En cualquier caso, y siendo un acto de justicia y no de venganza, bien podemos afirmar que el fraile fue correcto con los mandatos, avispado en la situación y expeditivo con la lección que dio al otro.
Fuente: Anécdotas de la historia, de Pancracio Celdrán y Curistoria
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