domingo, 22 de abril de 2012

La mano de Dios...



Mundial de Fútbol de 1986. 22 de junio. En el estadio Azteca de ciudad de México se enfrentaban Argentina e Inglaterra. Llegaron al descanso con ambas porterías imbatidas. En la reanudación, cuando habían pasado seis minutos de la segunda parte, Diego Armando Maradona avanzó con el balón hacia el área contraria y tocó con su pierna izquierda para colocárselo en suerte a Jorge Valdano, pero el pase fue interceptado y despejado. No fue un buen rechace y el balón salió en dirección a la portería.

Maradona, que venía corriendo del centro del campo, siguió en su avance y después del pase estaba en fuera de juego, pero al tocar el balón un contrario, su posición volvía a ser correcta. Quedaban tres en el área: Maradona, el guardameta inglés y el balón, que volaba por el aire. Saltaron los dos jugadores, en principio con una gran ventaja para Peter Shilton, el portero, ya que era 10 centímetros más alto que el argentino. Pero este, llevando su brazo izquierdo pegado a su cabeza, golpeó el balón con la mano y lo colocó dentro de la portería.

El árbitro dio por bueno el gol y frente a las quejas británicas, pidió confirmación a su linier y finalmente el gol subió al marcador.

No hay que olvidar que unos años antes, en 1982, Argentina y el Reino Unido se habían enfrentado en la guerra de las Malvinas. Por esta razón el gol cobraba un especial sentido. El propio Diego Maradona declaró luego del partido que el tanto lo había marcado "un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios", y a partir de ahí nació la referencia a la mano de Dios.

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