Las Trece Colonias es el nombre que se ha dado históricamente a las posesiones coloniales de Gran Bretaña en la costa atlántica de América del Norte y que el 4 de julio de 1776, con la firma de la Declaración de Independencia, se unificaron bajo un gobierno independiente para crear los actuales Estados Unidos. Entre estas colonias, estaba Georgia… la número 13.
En la Gran Bretaña del siglo XVIII hasta pequeñas deudas económicas te podían llevar a la cárcel. Además, en muchas ocasiones, el plazo de dicha condena estaba supeditado a la devolución de la deuda contraída… harto difícil si se estaba encerrado. James Oglethorpe, general británico y miembro del Parlamento, conoció las duras condiciones de las prisiones británicas por un buen amigo condenado por una pequeña deuda. En 1728, y con la autorización del Parlamento, presidió una Comisión de Investigación de las condiciones de las cárceles cuyas conclusiones fueron que, lógicamente, se debían mejorar y que había que dar salida a los morosos encarcelados, ya que dicha reclusión impedía poder conseguir dinero para saldar la deuda. Esta Comisión consiguió que el Parlamento modificase las leyes y muchos morosos fueron puestos en libertad… y aquí llegó otro problema: nadie contrataba a los deudores. Sin ninguna posibilidad legal de ganarse la vida su única salida era la delincuencia… y otra vez a prisión. Ya que James Oglethorpe había creado el problema, buscó la solución: poder empezar de cero en el Nuevo Mundo. Para ello, junto a un grupo filantrópico, crearon el Patronato para el establecimiento de la colonia de Georgia y solicitaron al rey, George II, la carta real y la concesión de tierras para dicho establecimiento. La metrópoli ahorra los gastos de manutención en la cárcel, se libraba de potenciales delincuentes, reforzada sus posesiones en América y, además, el nombre de la colonia, Georgia, era un guiño al rey… en abril de 1732, el rey firmaba la propuesta.
En noviembre de 1732, Oglethorpe partía en el Ann junto a unos 100 colonos (morosos en su mayoría pero también gentes sin futuro y perseguidos por cuestiones religiosas) rumbo al Nuevo Mundo. El 12 de febrero de 1733 llegaron a su destino, en el que fundaron la ciudad de Savannah que años más tarde sería la primera capital del estado de Georgia. Supieron arreglar, de forma amistosa, las primeros diferencias con los nativos norteamericanos y, además, establecieron una normativa muy avanzada para su tiempo: igualdad agraria diseñada para apoyar y perpetuar una economía basada en la agricultura familiar e ilegalizar la esclavitud. Aunque años más tarde la presión de la metrópoli y de las propias colonias echaron por tierra aquella normativa igualitaria. También tuvo que soportar la presión de los españoles de Florida que alegaban que la colonia estaba en territorio español, hasta que los derrotó en la batalla de Bloody Marsh en 1742.
Fuentes: Colonial Ancestors, Georgia History,
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