La masacre de Zong (1781) fue un miserable asesinato en masa de esclavos africanos en un barco inglés, propiedad de William Gregson y un grupo de comerciantes de Liverpool.
El Zong zarpó de la isla de Santo Tomé, en la costa occidental de África, el 6 de septiembre de 1781 con 442 esclavos y una tripulación de 17 miembros con rumbo a Jamaica. El capitán del barco, Luke Collingwood, no era lo que se dice un lobo de mar y lo único que le interesaba era el dinero… más esclavos más dinero. Así que, cargó muchos más esclavos de lo normal para un barco de este tamaño.
El viaje estaba durando más de lo normal (unos 2 meses). El hacinamiento, la desnutrición y las enfermedades comenzaron a hacer mella entre los esclavos y la tripulación: 60 esclavos y 7 miembros de la tripulación murieron. El 28 de noviembre, el capitán se dio cuenta de que habían cometido un error de navegación y que, variando el rumbo, todavía tardarían casi un mes más en llegar a su destino. Collingwood comenzó a hacer cuentas, si los esclavos seguían muriendo o enfermaban perderían unas 30 libras por cabeza. Reunió a la tripulación y les explicó la situación:
El seguro que habían suscrito los armadores aseguraba la pérdida, captura o muerte (naufragio, abordaje o revuelta, por ejemplo) de los esclavos, pero se exceptuaban los casos de muerte natural, por enfermedad o suicidio. Collingwood propuso tirar por la borda a los esclavos enfermos. De esta forma, y utilizando el principio general average(echazón) por el que un capitán podía desechar parte de la carga con el fin de salvar el resto, eliminaba los esclavos enfermos que no los habría cubierto el seguro. La justificación para utilizar el general average era que no tenían suficiente agua para cubrir las necesidades de carga y tripulación. Durante varios días se fueron tirando esclavos por la borda; al principio, mujeres y niños y, más tarde, los hombres… 133 en total.
El 22 de diciembre 1781, el Zong llegaba a Jamaica con 208 esclavos. Después de venderlos, William Gregson reclamó a la aseguradora 4.000 libras por los esclavos perdidos. La aseguradora se negó a pagar por considerarlo “un mal manejo de la carga” y el caso llegó a los tribunales… no por el asesinato de 133 personas, sino por si la aseguradora debía indemnizar al armador. En 1783 comenzó el juicio en Londres, sin el diario de a bordo, se perdió misteriosamente, y sólo con las declaraciones de la tripulación. En este primer juicio, el jurado dio la razón a los propietarios del Zong. Sin embargo, la compañía de seguros apeló y pidió que el caso fuese juzgado ante la Corte Suprema.
En este segundo juicio, en el que la aseguradora presentó pruebas de que en el barco había agua más que suficiente, se presentó el abolicionista inglés Granville Sharp solicitando que el caso a tratar era el asesinato de 133 personas. El presidente de la Corte Suprema,Lord Mansfield, ante las nuevas pruebas acusó a la tripulación de negligencia por tirar a los esclavos teniendo agua suficiente (“mal manejo de la carga”) y anuló la sentencia anterior dando la razón a la aseguradora… pero desestimó tratar el caso como asesinato (puso como ejemplo que sería lo mismo que si la carga hubiese sido de caballos).
Granville Sharp utilizó la masacre del Zong, como ejemplo de la depravación humana, para concienciar a la opinión pública y presionar al gobierno. Por último, en 1807, Gran Bretaña abolió el comercio de esclavos. Lamentablemente, la trata de esclavos no terminó y la multa de 100 libras, que la Royal Navy imponía por cada esclavo encontrado a bordo de un barco, siguió justificando tirar los esclavos por la borda.
Fuentes e imágenes: The Zong Massacre, The Slave Ship Zong Case Historias de la historia
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