martes, 27 de marzo de 2012

EN LA INOCENTE MIRADA DE UN NIÑO



EN LA INOCENTE MIRADA DE UN NIÑO
se enciende el misterio de las estrellas.
El asombro de esa mirada
interroga por la supuesta
proclamación de amor y paz;
bellas palabras que se deslizan por la lengua
y se columpian en los labios. Urge
una respuesta
ante el horror que se expande
como bombas de napalm,
destruyendo a su paso
la frágil luz de la inocencia.
Crecen campos de amargos silencios.
Legiones de pies descalzos y voces
selladas, perturban las pulcras
composiciones
- manteles bordados en blanco -
donde se exhiben, a menudo,
las baratijas que conforman
un mundo indiferente.

Ana
María JULIÁ

No hay comentarios:

Publicar un comentario