El café, causa de la Revolución Francesa
El 12 de julio de 1789, Camile Demoulins estaba en el Café de Foy, discutiendo con otros en torno a la revolución, que aún no había empezado en Francia. En un momento de la discusión, Demoulins se subió a una de las mesas y llamó a todos los que allí estaban a la armas, a la revolución. Así empezó la Revolución Francesa, en un café. Allí comenzó a rodar la bola de nieve que arrasó Francia y cambió el mundo.
Unos días antes, el Marqués de Sade, que estaba prisionero en la Bastilla también puso su granito de arena, mejor dicho, su poso de café. Después de 12 años de cárcel, según parece, su sistema digestivo comenzaba a resentirse. Había pedido café a su carcelero para contrarrestar su malestar, pero le fue negado. Al ser rechazada la petición, el marqués montó en cólera y usando una pieza de su baño como megáfono comenzó a gritarle a las personas de la calle que el gobierno estaba degollando a prisioneros políticos dentro de la cárcel.
El rumor basado en la acusación del Marqués de Sade fue creciendo y unos días después la Bastilla fue asaltada. No había allí más que algunos prisioneros sin mucha importancia, pero también había almacenado un buen número de armas que fueron a parar a las manos de los revolucionarios y que, según los expertos, jugaron un papel decisivo en el comienzo de la Revolución Francesa.
Como ven ustedes el café jugó un papel importante en la Revolución Francesa. Por ser el lugar en el que comenzó todo y porque un poco de café en manos del Marqués de Sade hubiera evitado el enfado de este y quizás la Bastilla nunca hubiera sido tomada, y aquellas armas no hubieran servido para defender la revolución.
Fuente: www.knajoe.com y curistoria
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