Los calculistas, el caso de Zerah Colburn
En el siglo XIX comenzaron a ponerse de moda y a ser una atracción los calculistas, es decir, personas que únicamente con su cabeza realizaban cálculos totalmente imposibles y astronómicos para el resto de mortales. Los teatros de medio mundo eran lugar de representaciones matemáticas, quién lo diría a día de hoy, y el público acudía en masa a ver a estos hombres.
Zerah Colburn fue el primer calculista profesional del que se conocen infinidad de detalles y del que existe una buena cantidad de documentación. Nació en EEUU en 1804 y murió con tal sólo 35 años. Cuando era un niño, pensaban que era algo retrasado mentalmente pero al poco tiempo de comenzar su educación su padre se dio cuenta de su habilidad para multiplicar y comenzó a ponerle problemas cada vez más complejos. A pesar de todo ello, su vida no fue demasiado exitosa.
En una ocasión, le pidieron que multiplicara 21.734 por 543 y al instante respondió: “11.801.562”. Cuando le preguntaron cómo lo había hecho dijo: “he visto que 543 es igual a tres veces 181. Entonces he multiplicado primero 21.734 por 3 y luego el resultado por 181”. No tengo yo muy claro que este camino “alternativo” sea más corto para la mayoría de nosotros, pero a Colburn, que tenía entonces tan sólo 8 años, le parecía algo perfectamente lógico.
Zerah Colburn fue el primer calculista profesional del que se conocen infinidad de detalles y del que existe una buena cantidad de documentación. Nació en EEUU en 1804 y murió con tal sólo 35 años. Cuando era un niño, pensaban que era algo retrasado mentalmente pero al poco tiempo de comenzar su educación su padre se dio cuenta de su habilidad para multiplicar y comenzó a ponerle problemas cada vez más complejos. A pesar de todo ello, su vida no fue demasiado exitosa.
En una ocasión, le pidieron que multiplicara 21.734 por 543 y al instante respondió: “11.801.562”. Cuando le preguntaron cómo lo había hecho dijo: “he visto que 543 es igual a tres veces 181. Entonces he multiplicado primero 21.734 por 3 y luego el resultado por 181”. No tengo yo muy claro que este camino “alternativo” sea más corto para la mayoría de nosotros, pero a Colburn, que tenía entonces tan sólo 8 años, le parecía algo perfectamente lógico.
Imagen de Science and Society Picture Library
Fuente: Los números primos de Enrique Gracián, curistoria
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