viernes, 13 de abril de 2012

Caballos Purasangre...



Las carreras de caballos son algo muy propio de Inglaterra y no tengo que recordarles el Grand National, que es una carrera de obstáculos, o las carreras de Royal Ascot, con sus extravagantes sombreros. Este tipo de carreras comenzaron a verse en Inglaterra en el siglo XII y fueron ganando popularidad e importancia. Reinado tras reinado el deporte ganó terreno, qué metáfora más oportuna, y tanto es así que en 1727 apareció un periódico dedicado exclusivamente al tema.

Llegó un momento en que los dueños de las cuadras comenzaron a buscar, a través del cruce de los mejores animales, ejemplares mejor predispuestos para la carrera. Mezclaron las razas locales con caballos árabes, más resistentes, y con el paso del tiempo llegaron a crear caballos perfectos para tal objetivo, preparados para las carreras. Aquella raza de caballos dominaron las competiciones y en un momento determinado se hizo un estudio para determinar su origen, de dónde venía aquella línea de descendencia de los purasangre, aquella estirpe, los mejores caballos de carreras. El resultado es sorprendente.

Todos los purasangre actuales provienen de tres sementales importados de Oriente Medio a Inglaterra entre 1683 y 1728, en otro caso, no es un purasangre, no se puede llamar así. Estos tres ejemplares fueron Byerley Turk, Darley Arabian y Godolphin Arabian, y cada uno tiene su historia. Hubo otros, pero sin casi repercusión. Estos tres ejemplares fueron mimados, así como su descendencia, y hay estudios que determinan cuál de los tres está en la rama de los purasangre actuales o, mejor dicho, cuál de ellos aporta más genética ya que los cruces en todo este tiempo han sido innumerables. Según parece, el 95% de los caballos de carreras modernos, en base a su cromosoma Y, descienden de un modo u otro de Darley Arabian.

Byerley Turk sirvió de caballo de guerra después de ser capturado por el capitán Robert Byerley en una batalla, lo que le convierte en un caballo mítico, con una vida intensa y con un impacto no pequeño en la historia de la equitación. Hoy, un purasangre sólo puede decir que lo es si sus progenitores, ambos, son purasangre, es decir, si en su árbol genealógico está alguno de estos tres caballos árabes.

Información de Curistoria.

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