jueves, 11 de octubre de 2012
Prohibido Besarse...
Aunque parezca mentira en pleno Siglo XXI, hay lugares en el mundo donde está prohibido besarse en público...
Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.
Joaquín Sabina
El beso en la boca es uno de los grandes inventos de la humanidad. Parece mentira que juntar unos repliegues musculocutáneos membranosos (así se describen los labios en plan anatómico) pueda dar tanta satisfacción, y no digamos ya si participa en el intercambio de mucosas ese hidrostato muscular con armazón osteofibroso que solemos llamar lengua. Por desgracia, en el mundo hay gente muy severa a la que no le gusta que los demás lo pasen bien, tipos cerriles y muchas veces barbudos que se empeñan en prohibir las actividades más entretenidas. Vámonos de viaje por cuatro sitios donde ponerse efusivo en público puede ser muy mala idea.
Emiratos Árabes Unidos
La verdad es que tiene mérito lo de los emires: han conseguido convertir este territorio de Oriente Medio en un cotizado destino turístico a base de construir rascacielos, centros comerciales, alojamientos de superlujo, islas artificiales y cosas así, como un espejismo de derroche material en medio del desierto. Y lo han logrado a pesar de una legislación muy restrictiva en materia de alegrías. Incluso en los emiratos más amables con los extranjeros, como Dubái, se producen periódicamente arrestos de parejas por ponerse cariñosas en público: ahí están, por ejemplo, los británicos Charlotte Adams y Ayman Najafi, condenados a un mes de cárcel por besarse en un restaurante. Según ellos, fue un casto beso en la mejilla; según la mujer escandalizada que los denunció, se lo dieron en la boca, aunque parece que a ella se lo contó su hija, porque ni siquiera llegó a verlo. Imagínense la que les puede caer al irlandés y la británica acusados de mantener relaciones sexuales en estado de embriaguez dentro de un taxi de Dubái: el juicio empieza el 18 de este mes y piden tres años de prisión.
Malasia
También en este país del sureste asiático se miran con malos ojos los gestos efusivos, aunque la peor parte se la llevan los nacionales: con ocasión del juicio a una pareja de Kuala Lumpur que se había cogido las manos y se había besado en un parque, el alcalde de la capital se vio obligado a puntualizar que los turistas no serían acusados de «comportamiento indecente» por motivos similares, siempre que sus besos «no fuesen del tipo apasionado». En un lugar cuyo gobierno ha censurado episodios de ‘Ally McBeal’ y ‘Friends’, el concepto de ‘apasionado’ puede ser diferente al nuestro, así que conviene andarse con cuidado para no ofender a nadie. Sobre todo, a los taxistas, que muchas veces lucen en sus vehículos llamativas señales de ‘prohibido besarse’ y son propensos a detenerse junto a la primera patrulla policial si observan indicios de fogosidad.
Guanajuato (México)
La ciudad mexicana ya aprobó en 2009 un Bando de Policía y Buen Gobierno que prohibía los «besos apasionados, olímpicos». Sí, olímpicos: «En el caso de las personas que se dan un beso leve, no hay problema; sin embargo, hay unos agarrones que son de olimpiada», justificó el alcalde. Las protestas ante la medida obligaron a derogar el reglamento al cabo de cuatro días, y las autoridades incluso aprovecharon el eco de la noticia para empezar a promocionar la ciudad como «capital del beso». Pero, el pasado agosto, el conservador estado de Guanajuato volvió a la actualidad por un feo asunto de morreos, cuando el profesor universitario Manuel Berumen fue esposado y detenido por besar a su esposa en la Plaza del Templo Expiatorio, en la ciudad de León. Esa muestra de afecto indignó a una impresionable ciudadana, que les afeó la conducta: «¡Hay niños presentes, esas cosas se hacen en una casa o en un hotel!», les dijo, y acudió a la Policía. A través de las redes sociales se han organizado ‘manifestaciones de besos’ en la plaza y finalmente, la semana pasada, la Procuradoría de Derechos Humanos ha dado la razón al profesor Berumen, que podrá besarse con su mujer cuando y donde les plazca.
Halethorpe (Maryland, Estados Unidos)
Seamos sinceros, parece muy improbable que viajemos próximamente a esta ciudad de unos 50.000 habitantes, cuyos principales hitos históricos fueron el Show Aéreo de 1910, la Feria del Caballo de Hierro de 1927 y el paso del convoy funerario de Robert Kennedy en 1968, aparte de una visita de George W. Bush y el hallazgo de restos fósiles del dinosaurio ‘Astrodon johnstoni’. No parece un destino turístico muy atractivo, pero tiene una notable presencia en internet gracias a una de esas leyes antiguas que nadie se ha molestado en derogar: parece que, si nos ponemos estrictos, en Halethorpe sigue siendo ilegal besarse durante más de un segundo. La vetusta norma no es un mito (¿se acepta como autoridad el hecho de que aparezca como pregunta de Trivial Pursuit?), pero desde luego la Policía local no anda por ahí con el cronómetro, igual que en Hastings (Nebraska) dejaron hace mucho tiempo de controlar que, según marca la ley, los huéspedes de hotel solo hagan el amor con el camisón puesto.
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