domingo, 24 de junio de 2012

Venceréis, pero no convenceréis


Venceréis, pero no convenceréis 

Miguel de UnamunoAl poco tiempo de comenzar la Guerra Civil Española, hubo un encontronazo en Salamanca entre el gran escritor Miguel de Unamuno y el general José Millán-Astray, fundador de la Legión Española.

Era el 12 de octubre de aquel 1936 y en el paraninfo de la Universidad de Salamanca las palabras iban y venían mostrando unas posiciones que eran extremistas. El general estaba acompañado por muchos simpatizantes, entre ellos, un grupo de legionarios armados. En un determinado momento, después de un pequeño discurso, Millán-Astray dijo la famosa frase: “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”.

La respuesta de Unamuno, hasta aquel momento comedido, a tales palabras fue: “Este es el templo de la inteligencia ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto […] Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España”.

De este hecho nace el dicho de “Venceréis, pero no convenceréis”, tan recurrente y cargado de significado.

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